Un gol en propia meta del defensa Birkir Saevarsson, en el minuto 88, al tratar de sacar un centro casi sobre la línea de gol, frustró el sueño islandés que ya se veía en octavos, ronda que casi asegura Hungría con el empate.
Hasta ese instante, la fiesta islandesa era completa, alimentada por otro error, en este caso del "abuelo" del torneo, el meta Gabor Kiraly, que primero despejó mal un balón y luego cometió penalti.
El penalti lo ejecutó con acierto Gylfi Sigurdsson para alimentar el sueño islandés al final de la primera mitad y mantenerlo casi toda la segunda parte, en la que cuando creía poder asegurar el festejo, hasta contó con el concurso del exbarcelonista Eidur Gudjohnsen, con 37 años.
Pero un ataque por la banda derecha, que no supo rechazar el meta Hannes Halldorsson, provocó el despeje fatal de Saeversson, obligado para evitar el remate final húngaro.
Y aun así, el equipo que dirigen el sueco Lars Lagerback y Heimir Hallgrimsson dispuso de una falta al borde del área en el 94. Una última jugada que no aprovechó, tras rechazar en la barrera y que le condena prácticamente a ganar a Austria para buscar el milagro.
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